Despojo ancestral
Las tierras ejidales asignadas por parte del Estado mexicano al ejido de Halachó datan del año 1908. En 1913, Andrés Mijangos, a través de una escritura de dudosa procedencia y legitimidad se adjudicó la compra del paraje denominado Kuncheil con una superficie muchísimo mayor de la que inicialmente se pretendía. A través del acta fraudulenta y de otras argucias legales se despojó al ejido de Halachó de 581 has, las cuales nunca han dejado de ser trabajadas, para diversos fines, por los campesinos y pobladores de la villa.
Recuperación de las tierras
En febrero de 2014 la asamblea del ejido de Halachó soliticó al Tribunal Unitario Agrario la restitución de los linderos del ejido, argumentando que la superficie reclamada por el nuevo propietario de la finca Kuncheil, Herbert Zumárraga, ascendía únicamente a 8 has, y no a 536 has. Esto tomando en cuenta que en 1908 se fraccionaron y otorgaron título de propiedad ejidales con una superficie de 8 has por propietario.
Invasores de su propio territorio
Dado que los campesinos mayas de Halachó nunca han dejado de trabajar sus montes, desde principios del s. XX los propietarios de Kuncheil han acusado a los campesinos y pobladores de Halachó de “invadir” su propio territorio. Herbert Zumárraga ha interpuesto diversas demandas en su contra, acusándolos de diversos delitos. La actitud de las instancias penales del estado de Yucatán contrastan notablemente a la hora de recibir las denuncias de los pobladores de Halachó. Aunque los habitantes de la villa y miembros del Equipo Indignación han sido recurrentemente intimidados y agredidos por los trabajadores de Herbert Zumárraga hasta ahora no existe ninguna respuesta por parte de las instancias estatales a las quejas de los vecinos de Halachó. Por otro lado las denuncias penales en contra de los ejidatarios de Halachó siguen vigentes.