Ante el silencio y la falta de interés de las diputadas y los diputados para escuchar nuestra palabra, las mujeres
mayas del Chuunt’aan volvemos a plantarnos en este lugar hecho por el pueblo.
Han pasado dos semanas y no han respondido a nuestras peticiones. Hoy venimos una vez más para exigirles,
porque ya no estamos dispuestas a que las decisiones las tomen ustedes desde sus oficinas, respondiendo solo a
los intereses de los poderosos, de lejitos, sin nosotras.
Hace 15 días les hablamos de los obstáculos que enfrentamos las mujeres mayas para acceder a la justicia. Les
recordamos que sus leyes son racistas, están hechas sin incluirnos a nosotras, a nuestras formas de vida y a
nuestra lengua, y que además nos despojaron de nuestros modos de hacer justicia. Todo con la promesa de que
así nos garantizarían protección, seguridad y vivir una vida libre de violencia.
Pero eso que ustedes llaman “una vida libre de violencia” no existe para nosotras. Nos encontramos que hoy en
día sus leyes no están garantizándonos una vida buena, porque con todo y esas leyes, las mujeres seguimos
siendo golpeadas y asesinadas. Y si nos defendemos para proteger nuestras vidas, somos encarceladas. Y aún sin
cometer crimen alguno, somos tratadas como delincuentes.
Aunque solo cuatro casos fueron catalogados como feminicidios, este año ocho mujeres fueron asesinadas con
violencia en Yucatán. ¿Con qué cara nos piden que confiemos en su sistema de justicia? ¿Con qué cara nos
afirman que nuestro sistema de justicia no funciona y el de ustedes sí?
Ya se los dijimos, antes teníamos justicia en el pueblo, pero ustedes con sus leyes han conseguido que ya no
haya justicia para las mujeres mayas, y peor aún, que no podamos hacer justicia en nuestros pueblos, con
nuestras reglas, en nuestra lengua y nuestro modo.
Ya no permitiremos que la justicia sea solo el privilegio de unos cuantos. Ya no permitiremos que ser una mujer
maya sea una triple condena. Exigimos que se garantice nuestro Derecho a la Libre Determinación, se respete
nuestro derecho a solucionar nuestros conflictos como lo sabemos hacer.
Nuevamente, pedimos la liberación de Zelina del reclusorio de Tekax, la libertad para todas las mujeres
acusadas de homicidio en razón de parentesco por haber tenido un aborto involuntario y la derogación de todas
las normas que criminalizan el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
Desde el Xchuunt’aano’ob:
Severiana Pat
Patricia Euán Romero
Alicia Sánchez
Lupita Chan
Verónica Rosado
Concepciona Coot
Margarita Carvajal
Angélica Padrón
Verónica Padrón
Lidia Cruz
Brenda Euán
Teresita de Jesús Hau
Paula Hau
Micaela Valadez
Lupita Xiu
Contacto: Silvia Chalé (Celular: 9991 43 1594; correo: comunicacion@indignacion.org)