El día de ayer, alertada sobre hechos violentos, Indignación acudió a la recientemente nombrada glorieta de la paz y obtuvo testimonios acerca de la brutal agresión de la que fueron objeto decenas de personas que se manifestaban pacíficamente contra el proyecto conocido como “paso deprimido”.
Con los testimonios, las imágenes, audios y videos que nos fueron proporcionadas y la observación, Indignación documentó la violencia (perpetrada por “civiles”) contra manifestantes, las omisiones y el autoritarismo del actual Ayuntamiento de Mérida. La inacción de la policía y la impericia de gobierno municipal, estatal y de los agentes de las corporaciones policíacas pusieron en riesgo a los manifestantes y ocasionaron que se afectara la integridad física y el derecho a la manifestación.
De acuerdo con la Información recabada por este equipo la policía, al llegar tardíamente, permitió que los agresores se fueran del lugar.
Esa misma inacción fortalece la versión de que las personas que llegaron a golpear lo hicieron con algún grado de acuerdo de alguna instancia de gobierno o directamente bajo su encargo.
El recurso de contratar civiles para agredir a manifestantes mientras la policía parece no ver y omite intervenir ha sido una vieja táctica de los gobiernos autoritarios para violentar derechos e intentar evadir su responsabilidad.
Las autoridades tienen ahora la obligación de investigar con prontitud, identificar a los responsables de las agresiones y llevarlos ante la justicia.
El gobierno municipal y el estatal están obligados a rendir un informe pormenorizado de sus actuaciones el día de ayer cuyas omisiones y acciones pusieron en riesgo la integridad física y la vida de decenas de manifestantes.
El ayuntamiento de Mérida y el gobierno del Estado tienen que explicar la ausencia de la policía en el momento de la agresión y su tardanza en llegar cuando su presencia fue solicitada a pesar de que se encontraban cerca del Área elementos policíacos.
Además el Ayuntamiento de Mérida tiene la obligación de atender las manifestaciones de inconformidad que fueron acalladas con violencia.
El equipo Indignación no tiene una posición acerca del paso deprimido, su conveniencia o inconveniencia, su pertinencia o impertinencia. No obstante constatamos que el proyecto no ha sido sometido a consulta a pesar de la petición que diversos ciudadanos y ciudadanas han hecho en ese sentido. Constatamos una vez más la imposición como mecanismo de un gobierno que incumple así obligaciones democráticas.
Indignación no pudo evitar sorprenderse al ver en la manifestación a autoridades que reprimieron manifestaciones cuando ejercieron el poder. Indignación lamenta la impunidad persistente en la que se arropan.